Como te había prometido aquí tienes la siguiente publicación para continuar con el tema mediante la parte # 2 Regeneración Emocional, y lo retomare desde el título que te prometí, ¡Comenzamos!

¿Cómo los pensamientos y los sentimientos influyen en nuestras células?

Para ilustrar lo íntimamente ligados que están nuestros pensamientos y sentimientos, y la manera en la que influyen en nuestro cuerpo, es que te pediré que te imagines que estás llevado a su boca la mitad de un limón y lo exprimes detrás de tus labios.

Me imagino que como a mí, se te salivó la boca. Ya podrás imaginar la cantidad de reacciones químicas que se desatan en nuestro cuerpo, para tener ese resultado, con sólo pensarlo, y no intervino ninguna emoción en el proceso.

Sin embargo, también podemos considerar que en nuestra cara hubo cierta cantidad de gestos que implicaron múltiples interacciones químicas importantes que se necesitaron para extender y contraer esos músculos.

Con este sencillo ejemplo podrás deducir con más claridad la cantidad de eventos químicos que se suceden en nuestras células y órganos al mantener muy presentes en nuestras vidas, a esas experiencias dolorosas que nos hacen revivir pensamientos y emociones negativas exactamente como fueron creadas.

Entonces imaginen el daño que nos causan, física y emocionalmente, al tenerlas tan presentes y creer que no nos dañan. Nuestro cuerpo tiene grandes reservas, pero llega el día en que se acaban y hasta morimos. No nos debe extrañar que así sea cuando repetimos por tantos años esas emociones y pensamientos negativos de todo tipo.


¿Cómo afectan la salud el resentimiento y el odio?




Podemos seguir pensando que no nos daña el insistir en aquellos resentimientos y odios que provienen de las experiencias, y al no saber o no querer superar el daño o hecho recibido. Entre tanto, si además de esos recuerdos le agregamos imágenes de venganza y de repudio terminan creciendo y hasta siendo incontrolables.

Por otro lado, estamos creando un veneno emocional que se fermenta y continuamos creyendo que no nos daña o que de solo pensarlo y desearlo los otros lo recibirán y les causará el daño pretendido. Sin embargo, es todo lo contrario pues el veneno emocional se está reproduciendo en nosotros y no en esas personas.

La sabiduría antigua que ha llegado a nosotros nos enseña a no criticar ni a juzgar los actos de los otros, aun cuando hayan sido en nuestra contra y perjuicio, pues en realidad es un bien para nosotros. 

Aunque, no quiero decir que al aceptar las ofensas como sucedieron, sea que las amemos así como a los ofensores. No es esa la intención. En vez de eso, podemos no estar de acuerdo con ello y si lo dejamos ir.

Entonces, así evitamos generar un veneno que solo nos hará daño a nosotros y con el que estaremos cometiendo ese discreto y efectivo tipo de suicidio.

Por otro lado, desde que nacemos vamos aprendiendo, y a partir de los 7 años tomamos el cetro de nuestro albedrío con el tomamos las decisiones, internas y externas, en el mejor de los casos. No quiere decir que tomemos el control, eso es diferente.

Sin embargo, nadie nos enseña qué es, cómo funciona el albedrío, cómo controlarlo, ni siquiera se nos hace consciencia de que lo tenemos y de cómo usarlo. Así les resulta más fácil el controlarnos.

Nos dicen con palabras qué es lo deseable y lo que se espera de nosotros, pero con el ejemplo nos enseñan lo contrario; como dijo Séneca. “Se hace largo y difícil el camino que conduce a la virtud por los preceptos; breve y eficaz por el ejemplo”.

Con esas enseñanzas y vivencias que vamos recibiendo en nuestro entorno, es que comienza nuestro camino personal de aprender a usar nuestro albedrío y a decidir qué hacer con ellas, y también a cómo conducirnos en sociedad y en las diversas circunstancias de nuestras vidas.


¿De qué manera enfermamos físicamente?


Retomando el ejemplo del jugo de limón, cuando posamos nuestra atención demasiado tiempo en esas experiencias tortuosas, (que es energía que dirigimos conscientemente), nuestro cuerpo se tensa en lugares especiales, dependiendo del tipo de emoción que sea, y también actúa en ciertas células que se van volviendo ácidas, pues cada pensamiento y emoción influyen en ciertas células y órganos.

Como consecuencia, de tanto insistir en no soltar y dedicar tanta importancia y energía a esa experiencia, es que esa energía vital se desperdiciada, y no puede llegar de manera suficiente y fluida a las células en la cantidad ni con la calidad (elevada emoción) necesarias, y mucho menos a esas áreas que esos pensamientos y sentimientos tensan y debilitan en nuestros cuerpos.

Entonces, va cambiando y bajando tanto su calidad emocional como su cantidad, y ya no son capaces de realizar adecuadamente sus funciones.

Y así que, con la acidez y las emociones bajas, las bacterias que se reproducen en ambientes ácidos, aprovechan la ocasión y el ambiente para prosperar y las enferman expandiéndose hasta los órganos.

Pero recordemos el orden, primero cambiaron nuestras emociones (energía) y luego las células cambiaron su manera de funcionar a causa de su acides. Lo mismo sucede con las creencias, que regularmente son vivencias con carga emocional de miedo e ignorancia.

Por ejemplo, aquellas que algunos padres les enseñan a sus hijos, así como aquellos comerciales de medicinas que las confirman y que aseguran que en los cambios de clima o quien salga de lo caliente a lo frío o viceversa, -les llaman cambios bruscos- , se enferman de gripe o de infecciones respiratorias.


¿De qué manera enfermamos emocionalmente?

Un claro ejemplo es cuando sufrimos abandono, rechazo, desilusión amorosa, fracasos, etc. Nuestras mentes y ánimo se aferran a esas experiencias y a nuestros sistemas de creencias personales. Estas son todas las ideas que tenemos de nosotros mismos, del cómo los otros nos deben ver y de cómo deben tratarnos, así como todas aquellas que hemos aprendido y experimentado.

Por consiguiente, la nueva energía vital que sigue fluyendo en nuestras vidas, y que no cesa, es transformada en lo que le decidimos que se transforme, es decir, en emociones de baja frecuencia.

De este simple ejemplo podremos comprender cómo enfermamos y en especial del Síndrome de Burn-out so del trabajador quemado, en otras palabras, enfermamos emocionalmente. 

Es parecido a que un chorro de agua, (la energía vital), que proviene de una manguera y va cayendo en un recipiente, (nosotros), contenga tinta y cambia de color esa agua tan pronto es recibida. Así calificamos nosotros la energía vital con nuestros pensamientos y emociones.

Así es cómo calificamos nuestro momento a momento al posar nuestras atenciones en el pasado en lugar de tomar el cetro y decidir qué emociones y qué pensamientos usaremos para teñir esa agua de vida.

Sin embargo, no solo la calificamos así, sino de todas aquellas fantasías o ideas alentadas por esas experiencias dolorosas que nos lastiman y que queremos atenuar el dolor hasta con vicios; fantasías e ideas tales que no provienen de una vivencia o experiencia reales, sino del producto imaginario de nuestra creatividad basada en el miedo y ego.

Como resultado caeremos en depresión si nos aferramos a las que se relacionan al pasado o en ansiedad si tememos al futuro.

Por lo tanto, al dedicar nuestra energía de vida a los asuntos exclusivos de la mente, trabajando o razonando sobradamente, nos desequilibramos al no permitirnos emociones de amor, de amistad, a correr riegos de ser decepcionados o hasta heridos. Y dejamos de actuar pro activamente por temor a equivocarnos.

Y sucede el desequilibrio. Vamos perdiendo el rumbo hasta llegar a la inestabilidad que desmorona nuestro mundo de fantasías y nos muestra la realidad al desnudo y el desequilibrio en que estamos.


Emociones negativas que causan enfermedades y males


A las enfermedades las creamos desde nuestras experiencias y creencias, (si no son congénitas o por contaminación), y que como sabemos, se expresan en nuestras mentes, cuerpos y pechos.

Por los tanto, pueden ser confundidos como males exclusivos de la mentedejando fuera a las emociones, pero se debe a que ahí es donde se proyectan. Al alterarse la química del cerebro también desequilibra  la bioquímica armoniosa de nuestro cuerpo.

Algunas de las afecciones que provocan las emociones negativas o pasiones son:

  • Entre sus terribles efectos fisiológicos están: la tisis pulmonar, efecto común de la lujuria;
  • las afecciones crónicas del hígado y estómago, causadas por los celos y la ambición; y
  • Los ataques epilépticos, producto del miedo o de la ira.

Sin embargo, también se manifiestan de maneras distintas como en:

  • La juventud es la época de las pasiones expansivas, como el enamoramiento y el odio;
  • La vejez predispone a las concéntricas como el egoísmo y la avaricia; y

El bandolerismo, las guerras y los homicidios, suelen ser producto de las malas pasiones.


¿Cómo lograr nuestro equilibrio?


El equilibrio en el ser humano requiere de 3 aspectos vitales, inseparables y que se deben se deben practicar de manera cotidiana para no enfermar.  Y son la  mente, la emoción y la acción. Cuando se cargan las actividades más hacia un lado y se relega u olvida una de ellas o ambas, hay desequilibrio.

Lo que un hombre debe saber y tener siempre en su consciencia es que no es mente,  sino que somos realmente corazón, pero equilibrado. Pero se preguntarán ¡cómo hacerlo, dónde aprenderlo?. Me he dado a la tarea de recopilar los fundamentos naturales y el proceso que podrán consultar y aprender en mi libro (*)

Cuando hay mucha mente, es decir, cuando nos apegamos a ser puro conocimiento o intelectualidad, nos volvemos tiranos; cuando nos dedicamos a ser emocionales, como a meditar por días y a combinarlo con ir a hacer actos de caridad sin atender ni a la familia o trabajar para producir, hay desequilibrio; o si nos dedicamos sólo a trabajar, a hacer sin pensar y sin emociones positivas, hay desequilibrio. Y en caso de estar de alguna manera enfermos, es decir, desequilibrados, requerimos de la Regeneración Emocional.


¿Cómo sustituir nuestras emociones?


Con ayuda del proceso natural de Regeneración Emocional o Transmutación

Antes quisiera compartir cómo lo he aplicado en mi persona y sus resultados tomando el ejemplo de la gripe.

Pude confirmar mediante la experimentación que cuando salía de lo caliente a lo frío y viceversa, no enfermaba y confirmé que era falso, que se trataba de una creencia aunque viniera de alguien a quien amara o tuviera influencia sobre mi.

También pude confirmar que no sólo era el hecho de entrar y salir, sino también debía ser acompañado del recuerdo y de la emoción de miedo a enfermar y de recordar conscientemente alguno de sus síntomas, y decidir rendirme a ellos con sólo pensarlos y buscarlos en mi cuerpo, es decir, los procuraba.

La verdad me hizo libre de esta y otras enfermedades basadas en creencias. También transmute la emoción del miedo que tenía de enfermar y la sustituí con la emoción neutra del amor. En otras palabras, hice uso de mi albedrío, del amor que tengo en mí y del proceso natural para lograr mi Regeneración Emocional.(*).


¿Donde está y cómo despertar la emoción neutra del Amor?


Su ubicación y lo que somos

Como recordarán, nosotros generamos la emoción del amor mediante los actos de cortesía y de bien que hacemos a los otros. Esa emoción no se pierde o desperdicia jamás, ni han resultado inútiles todos esos actos.

Creemos eso porque no hemos aprendido a usarlo a aprovecharlo como ahora podrán hacerlo.

Nuestras conciencias guardan la memoria de nuestros hechos y en nuestros corazones emocionales, que están en nuestros pechos, se guarda la emoción del amor. Es su cede y sólo habita ahí el amor ninguna otra emoción. Es por eso que alguna ves hemos dicho que queremos a alguien con todo el corazón. Pero también de manera intuitiva sabemos que somo corazón y no mente. Una prueba de ello es que cuando apuntamos hacia nuestro cuerpo para indicar categóricamente que somos los dueños o autores de de algo nos apuntamos al corazón y no a la cabeza.


¿Somos mente o somos corazón?


La creencia y práctica de que somos más importantes si somos o demostramos ser inteligentes, nos ha llevado a olvidar la sensación del amor y a practicarlo, excepto con nuestras parejas, familia, algunos amigos, etc. Y más aún si somo caballeros, pues aún algunos corazones ignorantes, que ignoran, creen que sólo es una emoción que puede ser practicada por las damas.

Por lo tanto, los seres humanos creemos que no tenemos amor, no lo sentimos por nosotros mismos al tratarnos así, mucho menos por los otros. Podemos hacer el ejercicio de colocar nuestra mano en el corazón y podremos no sentir ninguna emoción de amor por más que nos concentremos.

A mí me sucedió lo mismo y de momento pensé que estaba vacío que no era capas de sentirlo y me pregunté. ¿A donde se ha ido? ¿es que ya no tengo amor? La respuesta no la tuve tan rápido ni tan fácil como buscar en Google, por supuesto.

Primero les diré, que el darme cuenta de que estaba enfermo emocionalmente, me costó mucho esfuerzo. Sí, lo supe al tener conciencia de que creía que era mente y nada más, así lo había aprendido en esta sociedad. Después, al saber que soy realmente corazón, me entregué a saber porqué y cómo. Y fue así que al descubrirlo quise compartirlo con usted e hice el libro intitulado “El libro bajo el brazo”.

Sin embargo, todo ser humano tenemos el poder natural de transmutar o sustituir de nuestras experiencias, las emociones negativas con que las hemos cargado cuando las vivimos, solo es necesario conocer y aprender el proceso natural y vivir con ellas en armonía y como nuestras maestras.

En mi libro explico paso a paso cómo hacerlo, pero a través de los siguientes publicaciones, te iré dando mucha más información que te será de ayuda.

Hasta aquí por el momento en esta publicación # 2 Regeneración Emocional.


Como te expliqué, para abordar este tema tan importante como amplio, es que me permití dividirlo en secciones que iré publicando regularmente y que al suscribirte, te llegarán a tu correo .

En la próxima y última publicación de este tema # 3 Regeneración Emocional, hablaré de los puntos :

¿Cómo despertar nuestro amor?; El amor como sustituto; y ¿Qué sucede en nosotros al aplicar la Regeneración Emocional? , entre otros.


¡Los espero en la próxima sección # 3 Regeneración Emocional!

Si te inspira un comentario este trabajo o quieres sugerir algún tema, me dará gusto leerlo. Por favor hazlo aquí abajo.

“La belleza está en tu corazón, no en tu mente. Búscala también en el otro.”


¡Hasta la próxima!



(*) En mi libro intitulado – El libro bajo el brazo – , explico el proceso ampliamente.

Esta información es posible que no se aplique a todos, pues es una visión general, aunque auténtica. Se le sugiere que hable con su médico de familia y constatar si se aplica a usted y para obtener más información de este tema.

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Francisco Lozano

Soy Francisco Lozano, escritor y autor de El libro bajo el brazo. Aquí conocerás cómo de sustituir, de manera natural, esos sentimientos negativos que contienen las tus experiencias dolorosas, por sentimientos positivos. Por lo tanto, recuperarás el equilibrio que está armonizado entre el pensar, sentir y actuar bien.

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Francisco Lozano

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